Apenas 10 años antes de que se cumpla el plazo de 2030 para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la comunidad internacional, incluido el Banco Mundial, amplía los esfuerzos para encarar el aumento de las enfermedades no transmisibles.
Para proteger a las generaciones futuras, los Gobiernos y los asociados en la tarea del desarrollo deberán adoptar un enfoque integral basado en sistemas más sólidos de atención primaria de la salud que pongan énfasis en las medidas preventivas.
El Banco Mundial ayuda a los Gobiernos a fortalecer sus sistemas de atención médica y a desarrollar capacidad para identificar y abordar los factores de riesgo. Mediante apoyo financiero, asesoramiento sobre políticas y asistencia técnica, el Banco Mundial responde a la demanda de los países de mantener una fuerza laboral saludable y generar capital humano.
En Egipto, el país decidió eliminar los crecientes riesgos de enfermedades no transmisibles, con un conjunto de iniciativas para proteger la salud de la población y reorientar el sistema nacional de salud hacia la prestación de servicios inclusivos, equitativos y de mayor calidad. El país puso en marcha un seguro médico universal, mejoró la calidad de la atención médica en los hospitales públicos y fijó como prioridades nacionales ciertas enfermedades específicas.
Con el apoyo del Banco Mundial, Egipto inició una campaña nacional denominada "100 Millones de Vidas Saludables" para ayudar a detectar la hepatitis C (i) y los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles (como el sobrepeso/la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial).
En Argentina, el Gobierno pidió ayuda al Banco Mundial para mejorar la capacidad de sus instalaciones de salud pública y brindar servicios de mayor calidad y proteger a las personas más vulnerables de los factores de riesgo predominantes de enfermedades no transmisibles. Entre 2015 y 2019, el proyecto condujo a una mayor cobertura de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento, y ahora incluye pruebas y tratamiento para la tuberculosis, así como programas de sangre segura y de control de enfermedades no transmisibles y relacionadas con el estilo de vida.
Identificación de intervenciones eficaces en función de los costos
En Tonga, el Gobierno introdujo un sistema de "impuestos saludables" cuyo objetivo principal es desincentivar el gasto y reducir el consumo de productos no saludables, como el tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas. A pedido del Gobierno, el Banco Mundial evaluó la eficacia de esta política fiscal que, en general, planteaba cambios positivos en los hábitos de consumo y gasto de las personas una vez que se aplicaran los impuestos.
En Perú, un país conocido por reducir la prevalencia del retraso del crecimiento infantil (baja altura para la edad) en más del 50 % en una década entre 2008 y 2016, el Gobierno está rediseñando los servicios de salud para enfrentar las enfermedades crónicas. El nuevo Proyecto de Redes de Salud Integradas, financiado por el Banco Mundial, apoyará a más de 20 millones de personas que no tienen cobertura de salud pública o privada.
Este nuevo modelo de atención se centrará en cada peruano a lo largo de su vida y proporcionará una atención continua que incluirá la prevención, el control y el tratamiento ambulatorios de enfermedades crónicas y la atención de adultos.
Algunos países también encontraron maneras más simples de tratar dichas afecciones haciendo ajustes en el estilo de vida a través de una nutrición adecuada.
En Kerala, un estado en el sur de India, el Banco Mundial está trabajando con el Gobierno para educar a las personas y a los productores de alimentos. El objetivo es reducir las grasas trans y la sal en los alimentos que se venden, en particular aquellos que se producen en panaderías, restaurantes y establecimientos de comidas fritas, con el fin de aumentar su conciencia sobre los efectos nocivos de los aceites que contienen grasas trans y las sustituciones posibles.
Otras medidas incluyen el uso de la atención primaria de salud como un punto de ingreso importante para las personas en el sistema sanitario a fin de mejorar la capacidad de un país para gestionar la carga de las enfermedades crónicas.
En Tayikistán, por ejemplo, la cardiopatía isquémica es una de las principales causas de muerte. El Banco Mundial está apoyando los esfuerzos del Gobierno por mejorar la cobertura y la calidad de los servicios básicos de salud primaria en los centros sanitarios rurales para asegurar mejores análisis preliminares.
Junto con el sobrepeso y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la obesidad, los distintos tipos de cáncer serán una de las tres principales causas de muerte prematura para 2030, con más de 22 millones de nuevos casos y casi 13 millones de muertes vinculadas con esta enfermedad en todo el mundo. Más de la mitad de todos los nuevos casos y dos tercios de las muertes por cáncer se producirán en países de ingreso bajo o mediano.
Con el fin de fortalecer la capacidad de los ministerios de Salud de producir estadísticas confiables sobre el cáncer, el Banco Mundial ayudó a establecer en 2017 un programa regional para registrar los casos de cáncer en cinco países de África oriental (Burundi, Kenya, Rwanda, Tanzanía y Uganda) y ayudar a orientar las políticas y programas de prevención y control de esta enfermedad.
Una acción mundial con un enfoque que abarca a toda la sociedad
Si bien algunos países ya han comenzado a abordar el problema, este esfuerzo requerirá un enfoque que abarca a todo el Gobierno y a toda la sociedad en que se trabaje no solo en los sectores de la salud, la educación y la protección social, sino también en los sectores del clima, el desarrollo urbano y el transporte, y que se incluya al sector privado y se destinen los recursos adecuados para proteger a las generaciones futuras.